Búho chico (Asio otus)

Descripción.
El búho chico es una rapaz nocturna de mediano tamaño que se caracteriza por presentar un plumaje extremadamente críptico, de color marrón ocre con intensidad variable, que se extiende desde los tones crema (presentes en los machos) hasta el marrón oscuro (habitual en las hembras), salpicado en el pecho por manchas y lágrimas oscuras. Uno de los principales rasgos distintivos en su cabeza es la presencia de unos penachos faciales muy destacados, que le permiten difuminar su silueta y mejorar su camuflaje mientras descansan durante el día en las ramas de árboles. De hecho, su nombre anglosajón (Long-eared owl, “el búho de orejas largas”) hace referencia a estos mechones de plumas faciales tan prominentes. Además de los penachos, en su disco facial también destacan dos líneas verticales de color claro que bordean el pico a ambos lados, y los ojos llamativamente destacados por el intenso color anaranjado del iris. La especie muestra un ligero dimorfismo sexual inverso, es decir, las hembras son generalmente de mayor tamaño que los machos, si bien las diferencias no son tan acusadas como en otras rapaces nocturnas (p. ej. búho real o cárabo común) y existe un alto grado de solapamiento. Sin embargo, la determinación del sexo en esta especie es relativamente sencilla porque machos y hembras muestran diferencias en coloración del plumaje, presentando las machos tonalidades generalmente más claras (crema o marrón apagado) y las hembras más intensas (marrón oscuro).

Hábitat y distribución.
El búho chico habita las zonas de transición entre el bosque y los espacios abiertos aledaños, como cultivos, campiñas o pastizales. Como el resto de rapaces nocturnas, el búho chico no construye nido alguno, por lo que ocupa nidos abandonados de otras especies, como ardillas, palomas torcaces, córvidos u otras rapaces diurnas. El búho chico puede aparecer en ambientes forestados que difieren notablemente en su densidad de árboles, desde el borde de grandes masas forestales hasta pequeñas arboledas aisladas rodeadas de campo abierto. La especie muestra una distribución holártica, estando presente en un rango muy amplio que abarca prácticamente todo el hemisferio norte (Norteamérica y Eurasia). En la península ibérica se requieren más estudios y censos estandarizados para conocer bien su distribución actual, si bien los datos disponibles apuntan a que la especie es común en el valle del Ebro, la meseta norte y el sureste ibérico.

Seguimiento de la especie.
El seguimiento que realiza la Asociación Ulula se basa en un control de los territorios reproductores conocidos. Durante las últimas dos décadas, miembros de la asociación han ido realizando un mapeo de los territorios reproductores localizados en la Región de Murcia, a través de prospección directa en campo, comunicaciones por parte de ciudadanos sobre pollos encontrados en el suelo, o citas compartidas por naturalistas de adultos cantando o pollos reclamando. En el marco de una tesis doctoral desarrollada por el Área de Toxicología de la Universidad de Murcia, en 2021 y 2022 se llevó a cabo un monitoreo intensivo de la reproducción en más de 30 territorios de búho chico distribuidos por diferentes comarcas de la Región de Murcia, lo que permitió determinar parámetros reproductores básicos como la fenología reproductiva, el tamaño de puesta y el éxito de vuelo. Además, en el marco de este seguimiento, miembros de la asociación han recogido más de 2.200 egagrópilas en 75 territorios, lo que está permitiendo generar un conocimiento profundo sobre la ecología trófica de esta especie.

Amenazas para la especie.
Dadas sus preferencias por ambientes humanizados o con cierta dominancia de usos agrícolas, el búho chico se enfrenta a un amplio abanico de amenazas de origen antrópico. Junto con la lechuza común y el mochuelo común, esta especie es una de las más afectadas por la mortalidad derivada de atropellos y colisiones con tráfico rodado. Datos recabados por la Asociación Ulula durante los últimos años han permitido identificar puntos negros de atropellos para esta especie, donde se han registrado más de 25 cadáveres en solo tres años, como es el caso del tramo San Javier – Los Beatos de la Autovía AP-7 a su paso por la ribera del Mar Menor. Un estudio desarrollado recientemente (2024) por el Área de Toxicología de la Universidad de Murcia en colaboración Ulula ha revelado que los pollos de búho chico están sometidos a exposición extendida a rodenticidas anticoagulantes, usados en fincas agrícolas, urbanizaciones e instalaciones ganaderas para el control de roedores. Estos contaminantes se introducen en el medio ambiente mediante la colocación de trampas cebadas, que tienen como especies diana a ratas y ratones, presas habituales en la dieta del búho chico. De un total de 69 pollos con muestras de sangre analizadas, 68 presentaron residuos de al menos un compuesto rodenticida, y el 82% de estas muestras contuvieron restos de dos o más compuestos. Sin embargo, aún se desconoce cuál es el impacto real de esta amenaza sobre la población murciana, si bien es previsible que la exposición continuada a estos tóxicos afecta a diversos mecanismos fisiológicos y al rendimiento reproductivo de la especie. Otras amenazas incluyen la depredación por gatos ferales (asilvestrados) de pollos caídos del nido, la colisión con alambradas de espino y las molestias por actividades humanas en época de cría.

Figuras de protección.
A nivel global, el búho chico está clasificado como especie de Preocupación Menor según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. La especie no está incluida en la Directiva Aves de la Unión Europea, probablemente por tratarse de una especie común con un amplio rango de distribución. En España, los datos disponibles apuntan a una tendencia positiva en las últimas dos décadas (SEO/Birdlife, 2022), si bien se requieren censos específicos para mejorar las estimas poblacionales. En la Región de Murcia, la especie no aparece en la Ley 7/95 de Fauna Silvestre, si bien fue incluida en el Libro Rojo de los Vertebrados de la Región de Murcia como “En Peligro Crítico” (Robledano et al., 2006). La población murciana ha experimentado un notable incremento en las últimas dos décadas, siendo la especie una reproductora común en comarcas como el Campo de Cartagena, el Alto y el Bajo Guadalentín.

Hembra

Macho

Pollos