Cárabo común (Strix aluco)

Descripción.
El cárabo común (Strix aluco), es una de las tres especies europeas pertenecientes al género Strix, junto con el cárabo lapón (Strix nebulosa) y el cárabo uralense (Strix uralensis), siendo la de menor tamaño y distribución más meridional de todas ellas. Es además, la única representante en la Península ibérica de dicho género.
Es una rapaz nocturna de mediano tamaño, ojos oscuros, y plumaje extraordinariamente críptico. De cuerpo compacto y cabeza robusta, destaca la ausencia de penachos cefálicos (falsas orejas) propios de otras especies de rapaces nocturnas. Los colores pueden variar, de manera que existen dos o tres morfos que van desde el gris pasando por el marrón hasta el rojizo. El dimorfismo sexual es únicamente biométrico y poco acusado, siendo posible determinarlo escuchando las diferencias en el canto de machos y hembras o con el ave en mano; según la longitud del ala cerrada, la anchura de la boca y el peso, estando este comprendido entre los 600 gr para las hembras más pesadas y 365 gr para los machos más pequeños. Su envergadura máxima es de 90 cm.
A la hora de reproducirse prefiere oquedades en el tronco de un árbol, aunque en ausencia de estas, se convierte en especie rupícola, criando muy rara vez al descubierto y en ocasiones en casas en ruinas, también acepta de buen agrado las cajas anidaderas. La reproducción varia con la latitud y con la disponibilidad de alimento, pero en general la parada nupcial comienza en otoño-invierno, con puestas de 3 o 4 huevos. Las incubaciones duran unos 30 días y se realizan durante el invierno e inicio de primavera, corriendo dicha tarea a cargo de la hembra, mientras el macho aporta alimento. En torno a los 30 días después de eclosionar, los pollos salen del nido aun siendo incapaces de volar por lo que trepan por las ramas (rameros) y siendo dependientes de los padres al menos durante 3 meses más, tras los cuales iniciarán su dispersión.

Hábitat y distribución.
De distribución euroasiática, de hábitos sedentarios y muy territorial, en la Península ibérica está presente prácticamente en toda la geografía, a excepción de las zonas desarboladas y más desérticas, siendo más abundante en la mitad norte peninsular, el oeste y Pirineos.
El diseño del cárabo le hace pasar desapercibido durante las horas diurnas, bien posado en la rama de algún árbol o mimetizado en la grieta de una pared rocosa, siempre cerca de zonas dónde la cobertura arbórea le permita encontrar refugio y alimento. Además, sus alas anchas y cola relativamente larga, le confieren la capacidad para moverse rápida y ágilmente entre el dosel de copas y el suelo, sorteando sin problemas los troncos de los árboles. Es considerado, por lo tanto, una especie forestal, que ocuparía el nicho ecológico nocturno correspondiente al azor (Accipiter gentilis). Es también una especie doblemente generalista; a nivel ecosistémico, siendo habitual en bosques de frondosas, coníferas, sotos fluviales, incluso en jardines y parques, como a nivel trófico, pudiendo cazar desde aves del tamaño de una tórtola, hasta micromamíferos como las musarañas.

Seguimiento de la especie.
En la región de Murcia no es una especie ampliamente distribuida, quedando relegada a las zonas más forestales tales como la Comarca del Noroeste y Moratalla, Sierra de Burete, Sierra Espuña, el Valle de Ricote y sus sierras, y recientemente recolonizando El Valle y Carrascoy.
El mayor esfuerzo de seguimiento se ha realizado desde el año 2015 en el Valle de Ricote enmarcado en el “proyecto cárabo” cuyos objetivos son:
– Censo y control de la población: distribución, tamaño poblacional, tendencia.
– Proveer de lugares adecuados para la nidificación de esta especie (instalación de cajas anidaderas de diseño adecuado).
– Realización del anillamiento científico de los pollos con edad adecuada para su manejo, toma de medidas biométricas y marcaje de adultos.
Actualmente y aprovechando la sede de Ulula en Jaén, se ha abierto una nueva zona de seguimiento de la especie en el Parque Natural Sierra De Cazorla, Segura y las Villas.

Amenazas para la especie.
Su forma de vida le hace ser un animal menos propenso a los problemas que tienen otras especies de aves nocturnas más ligadas a ambientes antrópicos; venenos, atropellos, líneas eléctricas, aunque estos factores pueden afectar a esta especie en mayor o menor medida. La destrucción del hábitat debida a la mala gestión forestal si es uno de los problemas que afronta la especie, especialmente en zonas dónde se realizan talas y roturaciones. Las molestias que actividades lúdicas como la escalada y senderismo incontrolados en zonas de nidificación, así como la desaparición de lugares propicios para anidar son otros problemas añadidos para el futuro de la especie.

Figuras de protección.
El cárabo aparece dentro del catálogo nacional de especies silvestres en régimen de protección especial (LESRPE). A priori no parece mostrar regresión actual, estando en la categoría de “preocupación menor”. Su adaptabilidad y resiliencia le hacen ocupar nichos ecológicos subóptimos. Los datos de ocupación de estos territorios de mala calidad (zonas forestales degradadas, áreas urbanas y periurbanas) dan una idea equivocada de la expansión de la especie cuando en realidad son unas deficientes políticas de gestión a las que el cárabo acaba adaptándose al disminuir su hábitat potencial.
En Murcia no se encuentra catalogado, a pesar de ser una especie escasa en la región.

Macho adulto

Pollos